El sector de la construcción representa en la actualidad al menos el 40% de las emisiones totales de carbono, por lo que se necesitan enormes cambios en el sector para reducir drásticamente el impacto medioambiental en el planeta. Para ello será necesario que todos los edificios nuevos sean de carbono neto cero para 2030 y todos los existentes para 2050.
La "Part L 2020 and Future Homes Standards Review" establecerá las normas mínimas de regulación para las nuevas construcciones en Inglaterra, y las otras tres naciones del Reino Unido están llevando a cabo un trabajo similar.
A partir de la Estrategia de Crecimiento Limpio y el Gran Reto del Reino Unido de 2017, la Parte L recoge algunos elementos clave:
- Continuación de la descarbonización de la red eléctrica
- Eliminación progresiva de los combustibles fósiles en los nuevos hogares
- Preparar todas las viviendas nuevas para una calefacción con bajas emisiones de carbono (por ejemplo, bombas de calor, almacenamiento de calor)
- Dejar de cocinar con gas
- Adaptación de las viviendas existentes para que sean bajas en carbono y resilientes al clima
De ahí saldrá un cambio en la reglamentación y las normas mínimas. Será un proceso en dos fases que desembocará en una nueva Norma de Hogares del Futuro en 2025, pero esta primera actualización pretende aprovechar lo aprendido hasta ahora.
Descarbonizar la red eléctrica
Se está produciendo un importante cambio del gas a la electricidad como principal fuente de calefacción, ya que la electricidad es mucho más limpia y la capacidad de las energías renovables aumenta. La normativa tendrá que dar respuesta, preparando los hogares para las generaciones futuras cuando el gas se haya agotado.
Consecuencias imprevistas: sobrecalentamiento de las viviendas
Desde la mejora del aislamiento hasta la hermeticidad, las prácticas actuales de diseño de viviendas están provocando un sobrecalentamiento más frecuente. Las repercusiones negativas van desde la demanda de energía en la climatización hasta la mala calidad del sueño.
El cambio climático está agravando el problema. Si no actuamos, los datos indican que alrededor del 50% de los hogares del Reino Unido correrán el riesgo de sobrecalentarse.
Consecuencias imprevistas: la ventilación
Otro problema que hay que solucionar es la ventilación. Hay pruebas claras de que la ventilación de nuestros hogares se ha vuelto muy deficiente, lo que tiene graves consecuencias para la salud, y a medida que avanzamos hacia hogares con un rendimiento energético mucho mejor, corremos el riesgo de que la ventilación sea aún más deficiente. Por ello, la Parte F también abordará este tema.
Consecuencias imprevistas: la brecha de rendimiento
La complicación se debe a que las normas de construcción solo cubren la energía regulada, como la calefacción y la iluminación. Hay muchos otros impactos que no están regulados, desde el número de iPhones que se utilizan hasta el número de personas que hay en la casa. El uso real de la energía en los hogares puede variar en un 200%, pero incluso cuando tenemos en cuenta esos factores, la investigación muestra que hay otra diferencia que no se puede explicar. Y eso es lo que está detrás de la diferencia de rendimiento.
Es posible que el desfase se produzca cuando se sustituya un producto de peor calidad por la recomendación del arquitecto. También es posible que haya algunas áreas de SAP que deban mejorarse. Pero, en cualquier caso, es algo en lo que debemos trabajar para que las viviendas que diseñamos funcionen realmente en la práctica.
Los próximos cambios incluirán algunos factores que ayudarán a ello, y en 2025 podría haber algunas normas estrictas que los constructores de viviendas tendrán que cumplir para demostrar el rendimiento de las mismas.
Conservación del combustible y la energía: ¿dónde estamos?
La consulta gubernamental iniciada en 2019 se ha visto interrumpida por la pandemia, pero ha recibido más de 3.000 respuestas. Las respuestas fueron muy favorables, sobre todo por parte de los constructores de viviendas. Pero muchos dijeron que los cambios no iban lo suficientemente lejos o lo suficientemente rápido - una señal de que todo esto es probable que suceda muy rápidamente.
Una segunda parte del trabajo se ha retrasado por la pandemia, el Brexit y las elecciones generales de 2019. Esto incluye el trabajo de sobrecalentamiento y el trabajo en los hogares existentes. La primera fase ha sido consultada y podría ponerse en marcha a finales de 2021.
Un gran paso en la dirección correcta: la Norma de Hogares del Futuro. En términos sencillos, la Norma de Hogares del Futuro 2025 es una revisión de las partes L y F de la normativa de construcción. Requiere:
- El fin del uso de combustibles fósiles en las nuevas construcciones, incluso para cocinar
- Un 75-80% menos de carbono que uno construido según la normativa actual de 2013
Se trata de un cambio importante, y un gran paso en la dirección correcta. Todas las viviendas tendrán un objetivo de emisiones de carbono y un objetivo energético, y habrá normas mínimas de rendimiento de los tejidos y eficiencia de los servicios. Las tres cosas tendrán que unirse para conseguir una vivienda de bajas emisiones de carbono y alto rendimiento, pero también asequible.