La digitalización ya está teniendo un efecto transformador en las cadenas de suministro de todos los sectores, mejorando la eficiencia y la transparencia, reduciendo los costes e impulsando la sostenibilidad, al tiempo que crea las condiciones para unas prácticas empresariales más resilientes. Esto es tan cierto para la industria alimentaria como para cualquier otro sector. Los cambios digitales y online en los métodos de compra y entrega, que se preveían en la cadena alimentaria desde hace tiempo, se han adelantado más rápidamente por factores como la pandemia de Covid. Como resultado, por ahora y para el futuro próximo, parece que el sector alimentario ofrece posiblemente algunas de las mayores oportunidades de transformación.
El desafío
Además de garantizar que los productos lleguen todavía frescos, las organizaciones de la cadena de suministro de alimentos tienen la responsabilidad de proteger la salud pública. Los riesgos asociados a las organizaciones son tanto legales como de reputación.
La transparencia que permite la digitalización tiene un enorme potencial para afrontar estos retos. El intercambio de datos y la colaboración entre organizaciones en diferentes puntos de la cadena de suministro maximizarán la transparencia en torno a la procedencia de los productos alimentarios. Es probable que muchos productores tengan la ambición de que estos datos incluyan información sobre el origen de todos los ingredientes que entran en un producto o que se manipulan en la misma fábrica que ese producto.
La digitalización debería mejorar y simplificar las prácticas de seguridad para los productores y minoristas de alimentos, haciendo que las retiradas de productos sean más rápidas y precisas, al tiempo que permite rastrear y tratar rápidamente las fuentes de contaminación. La digitalización permitirá a las organizaciones de la cadena de suministro actuar de forma dinámica cuando surjan problemas de seguridad, proporcionando la capacidad de orientar su respuesta de forma precisa, minimizando así los costes derivados.
Para protegerse contra el fraude y la adulteración de los alimentos será vital hacer llegar los datos sensibles al tiempo a quienes necesitan acceder a ellos. En la actualidad, esto puede resultar difícil debido a la complejidad de las cadenas de suministro de alimentos y a la necesidad de tratar de forma segura los datos sensibles.
En respuesta a este requisito, BSI ha participado en la iniciativa Trusted Bytes, de dos años de duración, que utiliza la tecnología digital para facilitar el flujo de mercancías a través de las fronteras internacionales. La participación de BSI incluye el desarrollo de una interfaz de programación de aplicaciones para el despacho de aduanas que cumple con el marco normativo de la Organización Mundial de Aduanas. La iniciativa pretende crear una prueba de la procedencia de los alimentos mediante la digitalización de las transferencias transfronterizas y la provisión de conectividad digital en tiempo real a lo largo de la cadena de suministro.
Mejorar la confianza del consumidor mediante la trazabilidad
Para los consumidores que desean saber más sobre la procedencia de sus alimentos, la digitalización podría facilitar la disponibilidad y el acceso a la información. Esto podría ser especialmente útil en el futuro para aquellos consumidores con alergias que necesitan saber con certeza qué contiene un producto y dónde se ha fabricado.
La demanda de transparencia en la cadena de suministro también se ve impulsada por los cambios en las preferencias de los consumidores. Un buen ejemplo de un cambio impulsado por el consumidor es el aumento de la popularidad de las dietas basadas en plantas (Future of Food Report por British supermarket Sainsbury’s predice que una cuarta parte de los británicos serán vegetarianos en 2025, y el minorista informa de un aumento interanual del 65% en las ventas de productos basados en plantas). La realidad podría ser pronto que, tanto si se trata de alergias como de opciones dietéticas, una solución basada en una aplicación podría proporcionar instantáneamente a todos los compradores información clave sobre el contenido de un producto cuando escaneen el código de barras.
Las tecnologías ya existen
La digitalización de las cadenas de suministro de alimentos requiere el uso de las tecnologías existentes junto con el desarrollo de otras nuevas. Una tecnología que ha madurado rápidamente y ha encontrado nuevas aplicaciones es el blockchain. No hace muchos años se consideraba una herramienta de complejidad prohibitiva con potencial solo para aplicaciones de nicho. Sin embargo, el blockchain, al ser intrínsecamente transparente y resiliente a la manipulación, ha demostrado ser un método ideal para garantizar la trazabilidad en las cadenas de suministro.
Un ejemplo de cómo funciona en la práctica: se puede generar un gemelo digital de un cultivo a partir de los datos suministrados por el productor. Esto puede incluir un identificador de lote, variedad, fecha de cosecha y ubicación, junto con datos relevantes sobre cómo se cultivó la cosecha; por ejemplo, si está certificada como orgánica o de comercio justo. En cada etapa de la cadena de suministro, los datos de las transacciones pueden añadirse a este gemelo digital. Cuando este cultivo en bruto se procese o se mezcle con otros ingredientes, el blockchain conservará todos los detalles de cada producto utilizado. La información de la cadena de bloques es visible para todos los participantes en cada etapa de la cadena de suministro y no puede ser manipulada a posteriori, lo que permite rastrear rápida y fácilmente los problemas de seguridad o los casos de contaminación. La trazabilidad puede continuar hasta el nivel del consumidor, que puede, como se ha mencionado anteriormente, escanear el código de barras del envase de los alimentos y ver el recorrido de cada ingrediente desde la granja hasta el supermercado.
Normas; facilitar la mejora de las cadenas de suministro
Ya existen normas que pueden ayudar a que los aspectos clave de la digitalización de la cadena de suministro de alimentos tengan el mayor impacto positivo posible, especialmente en lo que respecta a la seguridad y la calidad de los alimentos.
La norma BS EN ISO 22000 - Sistemas de Gestión de la Seguridad Alimentaria - establece los requisitos para cualquier organización que trabaje en la cadena de suministro de alimentos, exponiendo cómo pueden implantar un sistema que garantice la seguridad de los alimentos para los consumidores. PD ISO 22000 es una guía práctica que ofrece consejos claros a las organizaciones que desean implantar sistemas eficaces.
PAS 7000 - Gestión de riesgos en la cadena de suministro - es un marco de precalificación de proveedores que especifica un paquete universal de información sobre proveedores diseñado para ser compartido entre los socios de la cadena de suministro, lo que simplifica a los compradores el seguimiento y la seguridad de sus cadenas de suministro, mitigando el riesgo para la salud pública y la reputación de la marca.
En conjunto, estas normas guían a las organizaciones para que sigan las mejores prácticas, de modo que la digitalización de la cadena de suministro pueda ayudar a la industria alimentaria a ser cada vez más segura.