Las corporaciones en todo el mundo están experimentando una profunda transformación. Ya no se trata solo de estados de ganancias y pérdidas, sino también de abordar los impactos positivos y negativos sobre el medioambiente y la sociedad. Este cambio no es únicamente una respuesta a las presiones de los accionistas y los clientes; es también una reacción a requisitos de divulgación cada vez más estrictos. La Directiva sobre la información de sostenibilidad corporativa (CSRD) de la Unión Europea (UE) está a la vanguardia de este movimiento y en el seminario en línea de cinco partes y la serie de blogs posterior de BSI, nuestros expertos en sostenibilidad profundizarán en lo que esto significa para las organizaciones de todo el mundo, no solo para aquellas que tienen su sede dentro de la UE.
CSRD: Un punto de inflexión en los informes de sostenibilidad
La CSRD de la UE no es simplemente otra legislación; es hasta la fecha la más amplia y probablemente impulse una rápida adopción y un mayor escrutinio de las prácticas y los informes de sostenibilidad organizacional. Exige un enfoque integral de los informes de sostenibilidad que abarque todos los aspectos de una empresa. La directiva exige la presentación de informes de conformidad con las Normas Europeas de Información sobre Sostenibilidad (ESRS), que proporcionan un marco y una metodología para informar sobre cuestiones de sostenibilidad. Las normas se centran en tres categorías de sostenibilidad: Ambiental, Social y Gobernanza (ESG). Para determinar qué cuestiones de sostenibilidad se deben incluir en las declaraciones de sostenibilidad, los temas deben evaluarse desde una perspectiva de doble materialidad.
Evaluación de doble materialidad
Para analizar con éxito la CSRD y las ESRS, se debe aplicar el principio de doble materialidad. La doble materialidad significa evaluar no solo los asuntos de sostenibilidad que pueden generar efectos financieros, tanto positivos como negativos, en el negocio (materialidad financiera), sino también los impactos positivos o negativos causados o contribuidos por las operaciones directas, productos o servicios de la empresa, o a través de las actividades de la cadena de valor y las relaciones comerciales sobre el medioambiente o las personas (materialidad de impacto). Una evaluación integral de doble materialidad es la base sobre la que se construye el cumplimiento de la CSRD e implica lo siguiente:
- Identificar y priorizar los problemas de sostenibilidad que crean riesgos u oportunidades financieras para su negocio.
- Evaluar y abordar los impactos reales o potenciales relacionados con la sostenibilidad en la sociedad o el planeta relacionados con su negocio, ya sean positivos o negativos.
- Comprender las expectativas y la relevancia de las cuestiones para las partes interesadas, incluidos los inversores, los consumidores, los reguladores y la sociedad en general.
Divulgación de sostenibilidad
La CSRD presenta una nueva era en la divulgación de información sobre sostenibilidad y comprender las mejores prácticas es fundamental. Hay varios principios fundamentales a seguir al momento de presentar sus divulgaciones:
- Claridad y transparencia: comunique claramente su estrategia de sostenibilidad, sus objetivos y los pasos que está tomando para lograrlos. Utilice un lenguaje sencillo y accesible para garantizar que todos, desde los accionistas hasta el público, puedan comprender sus informes.
- Precisión de los datos: asegúrese de la precisión de los datos y utilice métricas estandarizadas cuando sea posible. Los datos precisos generan confianza, y las métricas estandarizadas permiten la comparabilidad entre diferentes empresas y sectores.
- Participación de las partes interesadas: interactúe con las partes interesadas para comprender sus inquietudes y expectativas. Demuestre que toma en serio sus aportes y que los implementa para desarrollar su estrategia de sostenibilidad.
- Integración: Integre la sostenibilidad en su estrategia corporativa, debe ser parte integral de su negocio y no solo un complemento.
- Evaluación de materialidad: Reevalúe continuamente la materialidad. Las cuestiones de sostenibilidad evolucionan y su evaluación debe adaptarse de manera correspondiente.
La CSRD no es simplemente otro obstáculo normativo; es un hito en el camino hacia prácticas comerciales más responsables y sostenibles.
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