Impulsados por la escasez de recursos naturales y una ventana cada vez más cerrada para enfrentar el cambio climático, cada vez más países en todo el mundo se comprometen a cambiar a una energía baja en carbono.
Este compromiso global fue destacado por la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), la que informa que se han planificado inversiones por al menos 95 billones de USD en el área de energía en todo el mundo antes de 2050.
Las organizaciones que adoptan tecnología revolucionaria tienen la oportunidad de obtener los mayores beneficios sociales, económicos y medioambientales, y a la vez mantener una ventaja competitiva.
Entonces, ¿cuál es la mejor ruta hacia la descarbonización en los sectores del transporte y energía? ¿Y cuáles son las barreras que se interponen en el camino?
Creando una red energética de futuro
Para garantizar la futura preparación de la red energética, la flexibilidad es clave. A medida que aumenta la demanda de energía y más energía renovable ingresa a la red, existe la necesidad de utilizar la capacidad energética de manera eficiente. Un sistema flexible puede gestionar de manera eficaz la producción y el consumo de energía en tiempo real, lo que garantiza un suministro constante.
Si se aprovechan los hábitos y patrones de consumo, se puede lograr la transición de una red eléctrica centralizada y jerárquica a un sistema energético más inteligente, flexible y digitalizado. La generación de energía local puede alinearse con el consumo local y el excedente de energía puede redirigirse a la red para un uso más amplio.
Además, la implementación de tecnologías digitales conectadas e inteligentes ofrece un medio para monitorear y regular la red energética. A medida que entramos en la era de la Industria 4.0, caracterizada por el intercambio de datos y la automatización, los sistemas de inteligencia artificial pueden identificar oportunidades para optimizar la generación de electricidad y estabilizar la red.
En algunos países, incluido el Reino Unido, existe un uso creciente de vehículos eléctricos (VE), lo que vincula directamente el suministro eléctrico con un transporte más inteligente.
Descarbonizar el sistema de transporte
El gobierno del Reino Unido tiene objetivos ambiciosos para reducir las emisiones como parte de su meta de cero emisiones netas para 2050. En la actualidad, el transporte es el mayor contribuyente a las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
Explorar posibles enfoques para reducir las emisiones de carbono en el transporte por carretera es esencial. Entre las opciones consideradas se encuentran las baterías eléctricas, las pilas de combustible de hidrógeno y los sistemas de carreteras eléctricas (ERS). Las normas desempeñan una función fundamental, ya que ofrecen una guía industrial bien definida para la adopción de estas tecnologías, lo que garantiza su seguridad y credibilidad.
Dado el escenario actual, los conductores de vehículos eléctricos expresan preocupaciones respecto a los costos, la disponibilidad de estaciones de carga y la autonomía de los vehículos. Reconociendo que la confianza del consumidor impulsa significativamente los cambios de comportamiento, nuestro enfoque principal en los programas de desarrollo de normas está ahora dirigido a crear redes de carga, estaciones y software de red interoperables.
Este esfuerzo tiene como objetivo aumentar la confianza del consumidor y abordar estas preocupaciones.
Las normas brindan un apoyo fundamental en la transición hacia cero emisiones netas
La flexibilidad energética es un enfoque clave de la política gubernamental en la transición hacia las cero emisiones netas, y los electrodomésticos energéticamente inteligentes (ESA), que son flexibles y responden a las necesidades energéticas cambiantes, son una herramienta fundamental para respaldar dicha transición.
El Departamento de Seguridad Energética y Cero Emisiones Netas (DESNZ) y la Oficina de Vehículos de Emisiones Cero (OZEV) facilitan la adopción de ESA seguros, protegidos e interoperables, lo que logra la estandarización del enfoque de la tecnología de respuesta a la demanda.
En las aguas inexploradas de la emergencia climática, las normas pueden ofrecer a los responsables de las políticas y a los innovadores una base segura. Utilizar el conocimiento de expertos clave y partes interesadas para crear normas puede ayudar a las organizaciones energéticas a integrarse mejor entre sí.
Trabajar con las partes interesadas clave
El sector energético está entrando en una fase dinámica con una fuerte necesidad de opciones energéticas adaptables y ecológicas. Nuestro rol en el establecimiento de normas ha sido fundamental, incluidas las colaboraciones con el gobierno y la industria en materia de baterías para vehículos eléctricos.
Un claro ejemplo principal el Faraday Battery Challenge del Reino Unido, que impulsa los avances en la investigación de baterías y en las cadenas de suministro. Además, estamos explorando el potencial del hidrógeno como sustituto del gas natural en los electrodomésticos.
La pregunta ahora no es si haremos la transición a una economía baja en carbono, sino cuándo y cómo atravesaremos sin problemas esta transición. ¿Tiene todo listo para unirse al viaje? Estamos aquí para guiarle en cada paso del camino.